18.9.09

ESCENA II

Padre, tú, por qué me has adoptado, si mi cuerpo sólo labra la tierra, y no me oyes cuando te hablo. Qué quehacer humano te es digno, si no soy compañía, si lo propio, femenino, se me borra. No soy para ti más nada, dos manos, dos pies, un tronco chueco que revela mi cuerpo extraño. (Acercándose a Gastón y tomándole la mandíbula con una mano, obligándolo a mirarle) Padre… ¡por qué me gritas como hombre, si animal es lo que eres! ¡Por qué, padre, no me has visto los ojos nunca! Llevo en ellos un reflejo que es tu rostro.

2 comentarios:

tomás dijo...

nono, es e tema de mi exámen de actuación.. y se viene gore,
hablamos
besos
tomás h.-

Absurdá dijo...

qe buen fragmento...me imagino qe es de alguna obra tuya... siempre tan emotiva y confrontacional..tan poderosas las palabras que usas marti, tu sabes realmente del poder que tienen las palabras, yo lo se, porque lo veo en cada cosa que escribes, eres minuciosa, utilizas cada palabra con un sentido distinto pero conectadas entre sí. se podría decir que tienes un gran don, el de expresar TANTO a través de las palabras, de provocar algo en el que lee...
sigue escribiendo obras, y montalas, porque ahi adquieren el sentido completo...
te quiero