10.7.10

.flash

Tengo la vaga y, a ratos, certera sensación de que las cosas quieren decirme algo. Pero las cosas no hablan, ¿no?, las cosas se mueren inertes así como nacen. Entonces, me pregunto una vez más, si es que la carne mía no está igual de muerta. Pero luego recuerdo que si está viva, que me late a veces, que la siento latir con ese pulso feroz que carcome los ritmos. 
Miro afuera, extrínsecamente, como esperando que lo que se desprenda de mis ojos no sea yo, si no otra cosa, un sino más triste o más puro que mis capacidades de vislumbrar lo que deviene. Todo esto lo digo, sin embargo, con la esperanza secreta de que cuando despierte una mañana, los sueños los pueda recordar y revivir, quizás... porque últimamente me gusta enormemente soñar, y anhelo seguir haciéndolo y me retuerzo cuando siento que la conciencia vuelve a mí, cuando poco a poco los elementos del entorno se apoderan de mi mente, y el resto se escapa, se diluye con una velocidad alarmante entre la nebulosa que, hasta entonces, era toda nitidez y toda claridad argumental.
Una lástima.
Quiero volver a soñar con el infierno, como antes. Pero no más incestos. Incendios sí, quizás muertes, dientes. Volver a sentir los dientes sueltos en mi boca, o los pedazos de éstos, desprendidos por completo, rebotando adentro contra el paladar, picándome la lengua, sangrándome, doliéndome enteros. 
Quiero volver a preguntarme, pienso. Pero sólo lo pienso unos instantes antes de volver a querer más que razonar. La razón se ha vuelto un estorbo últimamente. Bueno, siempre lo ha sido.

3 comentarios:

Pietro Galleani dijo...

y pa donde te vay?

Florencia. dijo...

Sentir siempre, Marti.
Espero, siempre antes, siempre primero.

Florencia. dijo...

(Están más bonitias las fotos que pusiste en tu Flifcjhbelhxesjcrr. Te comento aquí porque no tengo uno.)