I
No viertan los soles
sobre los fuegos eternos
II
Implacables lucen las llamas,
No las enciendan,
Sus sueños se traslucen entre las brasas.
III
Nauseabunda me desvirtué
Entre sus fibras cálidas,
Entre la cera que se licuaba.
IV
In- fundida,
No me mentí,
Tan sólo parpadeé en la caída.
V
Permitido el refulgir sin lumbre,
Las condiciones se dilatan a su medida,
( tarjeta con dimensiones de su alma en pulgadas)
VI
¿quién latía en la boca del Sol?
VII
Era el alma más turbada,
acompañada de una xilofonía netamente fecal.-
Cygnus
2 comentarios:
No te preocupes Marti... las llamas casi nunca son encendidas.. y cuando lo son, son sólo por momentos. Por lo menos eso me ha pasado a mí.
Aún sigo buscando algo o alguien que encienda esa llama (porque yo no lo voy a hacer) y que le aplique alguna cosa para que se mantenga así, estable, yo no la puedo mantener, ni tu tampoco, son sólo cosas de el aire y sus combustiones....
... En el fondo, deseo que esa llama me alumbre.
eso lo inventaste tu wasshetA?
ta nhermoso
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