Romeo, deletreo tu nombre como el veneno de mi estirpe,
y tras el juramento de tu amor,
mi nombre perderá el conjuro que nos separa.
Porque no serán tus manos ni tus ojos quienes sellen
de Montesco tu sangre, porque las letras del linaje han de ser enemigos,
no el amor ¿¡qué en tu boca sino una rosa libre!?
Quitémonos los nombres para ser sólo del tiempo,
tómame Romeo, como a esa rosa que es tu nombre...
(humildemente reescrito)
2 comentarios:
me encantas humilde
gracias por esto Martina,
fue un reencuentro con el amor.
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