31.1.10

3. ella intenta ver más allá de lo que vive. Yo intento ver más allá de lo que vivo, intento, en rigor, verte a ti, porque a ti te escogí. No es fácil, hombre, rasgarte el cuerpo con los ojos… pero es de los ojos de donde sale el alma, y de la carne sales tú, como cuerpo enfermo. Te mino los ojos para no ver tu dolor, espero que no me veas tú cuando te lloro, espero que tu ceguera te culpe el cuerpo, que te escupa el centro de tu cuesco seco. No tienes corazón, no, las lombrices te han comido vivo, el cerebro, los ojos, las vértebras son un manojo de huesos vacíos. Eres un fin en ti mismo. Entonces el cuerpo se te consume, entonces la carne es irracional, y tus ojos, y tu centro enfermo, y tu cuesco seco. Eres un fin, estás en el fin, el fin eres tú y el medio no importa. Mis ojos son el fascismo que carcome la irracionalidad de tu cuerpo, mis manos son la incapacidad de pensar que lastima tu piel. Mi lengua, hombre, palpita agitada tu boca buscando algo… no encuentra, no, porque algo yace muerto al otro lado: tu lengua. Yo quiero ver más allá de lo que eres, porque lo que muestras no es transparencia ni aparición. Quiero ver tu carne pegada al cuerpo, quiero oler lo que exudas y lo que emanas, quiero saber por qué he de matarte pronto, y por qué no después. Quiero matarte ahora para no seguir viéndote humano, porque si esa mano se mueve, o esa boca responde… si tú me dices que eres nuevo, que eres uno, que eres más que lo que muestras… entonces la carne se te hará piel, y el pelo se tejerá como la costumbre de vivir así no más. No quiero que me hables, sólo abre la boca y espera… cuando me llamen sonará el detonador de tu muerte, y luego de eso, te lloraré como nunca, porque en ese tiempo fui más humana que tú, pero más pequeña que dios.

2 comentarios:

Pietro Galleani dijo...

no se llama inconsecuencia, se llama saber la mierda en al que uno estaba metido.

Pietro Galleani dijo...

además se detecta perfectamente donde estuvo y está la inconsecuencia.