4.4.10

Ch'alla

III

La sangre, hombre, 
no siempre emana de las heridas,
la sangre se abre cuando el 
cuerpo desconoce
el silencio es más fuerte que la llave que la
calma,

- la llave es la sangre de un cuerpo otro, 
del cadáver
siniestro, del funesto adjetivo-
todo, me digo,
se llena de esa materia. 
El color de la sangre es el 
mismo de todo a lo
que se le teme.

- la boca es roja, también su lengua, y
de lo que salga o se bese con ella,
puede surgir

la muerte.

El diablo es rubio,
pagano entero su rojo
color del cielo cuando
quiere apagar de la sangre y como 
a todo
se le teme al rojo y a lo que sale de 
la lengua
su color es sangre de otra
EVA

- El comunismo es rojo
como el fuego el sexo, la manzana primera
roja como el pecho rojo
y el corazón de Dios
que late a lo lejos
y rojo como el diablo
y rubio como el oro, y brilla 
intenso
minado en muerte,
veta, decimos, socavada.

Diablada roja, muerte en potencia.

1 comentario:

Silvio Valderrama dijo...

me gusta, harto.
aunque la última estrofa y ese último verso dispuesto como la verdaderamente última me generan ciertas dudas.
un abrazo martina :)